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Miel cruda de Castaño

Miel de Castaño

ORIGEN: España y otras áreas de la Península Ibérica.
ESPECIE REPRESENTATIVA: Castaño (Castanea sativa).
COMPOSICIÓN FLORAL MAYORITARIA: Castaño (Castanea sativa) y Flora silvestre autóctona variada.
ÉPOCA DE PRODUCCIÓN: Verano.
COLOR: Ámbar a oscuro parduzco con tiznes verdosos.
SABOR: Dulce intenso con notas amargas y saladas.
AROMA: Persistente intenso amaderado.
PECULIARIDADES: Miel cruda, pura, no homogeneizada, no filtrada, sin azúcares añadidos.
CONSERVACIÓN: Mantener en lugar seco, semioscuro y fresco.
**En su proceso natural, la miel cristaliza y endurece en función de diversos parámetros (temperatura, origen floral, etc..).

CARACTERÍSTICAS DE LA MIEL DE CASTAÑO

De características muy peculiares en el ámbito de la apicultura, las mieles crudas de castaño poseen un poderosos color ámbar fluyendo haciendo tonalidades oscuro parduzcas – verdosas en ocasiones y aroma floral persistente con intenso matiz ancestral que tiende a madera envejecida.

Detenta exquisito sabor dulce, acaparando un toque especial entre amargo y salado en función de la riqueza de pólenes coetáneos.

Hablamos de un alimento natural que goza así mismo de una rica composición en vitaminas (C), minerales (Hierro, Potasio, Calcio, Fósforo, Magnesio,..) y antioxidantes.
Su cristalización es escasa dando lugar a una textura natural densa y maleable.

EXCELENCIAS DE LA MIEL DE FLORA DE CASTAÑO

Al igual que el resto de nuestra gama de productos puros, la miel natural selecta de castaño recolectada por las abejas, posee multitud de virtudes, cumpliendo todos los requisitos que requiere un producto natural excelso:

Sin azúcares añadidos: nuestra miel es lo que es, tal y como la abeja la produce en la colmena, conteniendo tan solo azúcares naturales propios de una miel natural que no ha sido sometida a ningún proceso artificial.

Cruda: no ha sido sometida a procesos de sobrecalentamiento (más de 40 º) ni pasteurización, por lo cual mantiene intactas todas las vitaminas, nutrientes y enzimas, cualidades gustativas y olfativas.

Pura: la producen las abejas libando pólenes y néctar de flora autóctona, junto a secreciones de plantas e insectos chupadores en algunos casos, transformándolos y almacenándolos en forma de miel pura en los panales del interior de la colmena; es por ello que no interaccionan factores ajenos a los que la propia naturaleza otorga.

No homogeneizada: nunca mezclamos mieles de diferentes procedencias geográficas o florales, ya que nuestro objetivo final es mantener la esencia y pureza desde su origen hasta el paladar del cliente final.

No filtrada: jamás es filtrada, logrando con ello mantener todas las virtudes naturales originales, obteniendo así un exquisito producto natural sin alteración alguna.

CONSEJOS DE USO

Las mieles naturales de castaño recolectadas por nuestras abejas poseen virtudes únicas, de tal modo que si deseamos aprovecharlas al máximo, es aconsejable tomarlas directamente, saboreándolas dentro de la boca el mayor tiempo posible antes de ingerirlas.

Para hacerlas más manejables en aquellos casos que se prefieran diluidas, se recomienda como mucho, calentar al “Baño María” a temperatura que no supere nunca los 40 º para evitar la pérdida de cualidades.

CONSEJOS DE CONSERVACIÓN

Mantener en lugar seco, semioscuro y fresco para mantener intactas de un modo natural todas sus virtudes.

LA MIEL DE CASTAÑO, ¿DE DÓNDE PROCEDE?

La miel natural artesanal de castaño es producida como resultado de la libación para extraer polen y néctar en las flores de castaños (Castanea sativa) y flora silvestre de bosque autóctona variada por parte de las abejas, añadiendo a esta dulce composición floral sustancias resinosas varias de especies arbustivas o arbóreas que son recolectadas por las pecoreadoras (usadas también para la producción de propóleo, etc..).

Básicamente, la vegetación melífera silvestre se mueve en los estratos climáticos colino y montano, donde habitan las citadas especies en torno a ríos y laderas montañosas del noroeste de España.

Nos referimos a los castaños como una especie caduca arbustiva – arbórea que puede alcanzar incluso los 30 m. de altura, de tronco grueso y esbelto con corteza grisáceos pardusca y madera firme, oscureciendo en edades avanzadas; contiene hojas lanceoladas aserradas ligeramente peludas en el envés y flores agrupadas en amentos erectos con frutos en forma de cúpula, englobando habitualmente 2 a 3 castañas (aquenios) de color pardo oscuro y brillantes cuya cáscara interna es aterciopelada.

LA MIEL DE CASTAÑO, ETIMOLOGÍA E HISTORIA

El nombre genérico “Castanea” deriva del Griego “χάστανον “y después del Latín “castănĕa, -ae”, nombre del castaño y de la castaña, también llamada “castanea nux” (la nuez del castaño), aunque otro posible origen sería la ciudad de Asia Menor llamada “Castanaea, -ae o Castana, -ae”, o del nombre armenio de este árbol. “Sativa”: del latín que significa «cultivado».

Los castaños tienes su origen real en la Europa meridional y Asia Menor, siendo introducido progresivamente por los romanos y asentado en muchos países del mundo (Portugal, España, Macizo Central francés, Italia, etc…) e inclusive en varias regiones de la propia península ibérica.

Su origen es confuso datando la primera referencia escrita en el siglo I a.C., cuando Jenofonte habla de «alimentos de color oscuro, similares a nueces lisas sin hendidura, hervidas y cocidas como pan que almacenaban algunos pueblos cercanos al mar Negro en sus graneros» (muy usadas por los soldados de estos pueblos, a los cuales consideró bárbaros).

En el siglo I, Julio Moderato Columela explica minuciosamente los pormenores de la plantación extensiva de castaños a nivel agrícola. De esta época datan recetas culinarias artesanales muy completas, respecto al uso de la castaña como alimento base de sabor relativamente amargo y fuerte aroma (Apicio y Quinto Gargilio Marcial) y menciones de sus cualidades naturales por parte del erudito griego Galeno de Pérgamo.

En el siglo XII, Abu Zacaria describe las características botánicas de los castaños, entre otros árboles de la Península Ibérica. Ya en la Edad Media se conoce la subsistencia a base del cultivo de castaños por muchos pueblos italianos, tanto para el consumo de su fruto como para el uso de la madera del árbol. En siglos posteriores, muchos pueblos franceses usaban las castañas a modo de pan, en sustitución de otros alimentos escasos en la época.

El agrónomo español Gabriel Alonso de Herrera hace mención a las características de su cultivo y a algunas de sus propiedades, así como a la dureza de su madera (firme como el hierro).

Con la llegada a Europa de alimentos como el maíz y la patata, fue en decrecimiento de la castaña como alimento básico, llegando incluso a subsistir solamente en fiestas locales de origen celta en varios lugares del mundo (norte de España,..) para celebrar la llegada de la castaña.

RECETAS CON MIEL DE CASTAÑO

COLES DE BRUSELAS CON MIEL DE CASTAÑO
Limpiar medio kg coles de Bruselas y ponerlas a cocer una cazuela con agua hirviendo con una pizca de sal marina, durante un cuarto de hora hasta que estén a punto, retirar y escurrir.

Sofreír en otra cacerola unos trocitos de tofu, cuarto de medio lomo de merluza partido en pequeños tacos, media cebolla dulce y medio pimiento verde troceado; añadir las coles a media cocción para que lentamente vayan dorando.

Añadir 1 cucharada de mostaza tradicional, 10 grs de flor de calabaza ecológica triturada finamente, pimienta negra molida, 1 pizca de estragón, 2 cucharadas de miel de azahar cruda y 2 cucharadas de miel de castaño cruda, removiendo a fuego lento. Retirar y añadir finalmente unos granitos de polen multicromáticos.

¡¡Dejar reposar y ya tenemos una de las recetas artesanales con más color y lista para servir!!