CARACTERÍSTICAS DEL PROPÓLEO TIERRAS DEL LIMIA
Es un polímero natural resinoso elaborado por las abejas a partir de secreciones orgánicas de diversos tipos de especies autóctonas orensanas, especialmente de flora arbórea como: Aliso (Alnus glutinosa), Roble (Quercus robur), Sauce ceniciento (Salix atrocinerea), Abedul (Betula Alba), Olmo común (Ulmus miner), Álamo negro (Populus nigra), Fresno común (Fraxinus excelsior), etc..
Posee la siguiente composición química aproximada: microelementos, flavonoides, vitaminas ( B1, B2, C,..), sustancias proteicas, ácidos grasos no saturados y ésteres de ácidos aromáticos…, hasta más de 160 componentes. El propolis o propóleo es una sustancia compuesta de aprox.: 50-55% resinas y bálsamos, 30-40% ceras, 5-10% aceites esenciales o volátiles, 5% polen y 5% materiales varios (orgánicos y minerales); posee además más de 160 componentes naturales entre los que destacan microelementos, flavonoides, vitaminas (B1, B2, C,..), sustancias proteicas, ácidos grasos no saturados y esteres de ácidos aromáticos…
Detenta color ocre amarillento variable e irregular con seco aroma dulzón característico muy concentrado y sabor amaderado ligeramente agrio. De resinosa consistencia granulosa con tendencia al apelmazamiento.
EXCELENCIAS DEL PROPÓLEO TIERRAS DEL LIMIA
Como toda nuestra gama de mieles y derivados (jalea real, polen,..), describimos una sustancia natural resinosa (propóleo = propolis) recolectada por nuestras abejas que cumple todos los requisitos para ser un producto natural 100% saludable:
• Crudo: no ha sido sometido a ningún proceso de alteración o transformación artificial, por lo cual mantiene intactas todas las vitaminas, minerales, nutrientes y enzimas.
• Puro: lo producen las abejas libando secreciones de plantas e insectos chupadores, para proceder después a su transformación y almacenamiento fundamentalmente en el perímetro interior de la colmena, sobre el marco de sus cuadros y caja; es por ello que en este proceso no intervienen factores ajenos a los que la propia naturaleza proporciona.
• No homogeneizado: jamás mezclamos propóleos naturales de diferentes procedencias geográficas o florales, porque nuestro fin permanente es mantener su esencia y pureza original.
CONSEJOS DE USO
El propóleo (propolis) es una sustancia natural que posee cualidades únicas, de tal modo que si deseamos conservarlas, es aconsejable ingerirlo directamente saboreándolo dentro de la boca el mayor tiempo posible.
PROPÓLEO TIERRAS DEL LIMIA, ¿DE DÓNDE PROCEDE?
Este maravilloso propóleo (propolis) natural artesanal, es una amalgama resinosa de color oscuro que obtienen las abejas de yemas arbóreas y exudados de savia naturales, para posteriormente procesarla y aplicarla en las colmenas, sola o mezclada con cera, como sellante general; su objetivo es reforzar la estabilidad estructural de la colmena, reducir vibraciones, y defenderla frente a patógenos u otros elementos agresores. Si un enemigo de la colmena se introduce dentro, las abejas lo matan y embalsaman rápidamente con propóleo, evitando así su descomposición.
La mayor parte de la materia prima que recolecta la abeja, procede de las secreciones de flora arbórea autóctona, principalmente Aliso (Alnus glutinosa), Roble (Quercus robur), Sauce cenicienteo (Salix atrocinerea), Abedul (Betula Alba), Olmo común (Ulmus miner), Álamo negro (Populus nigra), Fresno común (Fraxinus excelsior), etc… y de algunos insectos chupadores.
PROPÓLEO TIERRAS DEL LIMIA, ETIMOLOGÍA E HISTORIA
El vocablo “propóleo”, deriva del griego “propoleos”, (“propolis / pro”= hacia adelante; “polis”= ciudad) y alude a una de sus finalidades como defensa natural de la colmena ante cualquier posible enemigo. También hay alusiones a su origen latino (“pro” = que está a favor de o que es de provecho y “polis” = ciudad).
Respecto al vocablo encina, proviene de la deformación del latín vulgar «ilicina» y a su vez de “ilex / ilicis”, procedente del léxico preindoeuropeo (en lengua celta “Hercynia”= territorio boscoso sito en la región oriental del Danubio); en latín clásico se le denomina «Quercus», término de origen indoeuropeo (procedente del vocablo celta Quercuez» = árbol elegante), aplicándose inicialmente al roble, para posteriormente extenderse a todos aquellos árboles o arbustos que producían bellotas o frutos en forma de glande. Su nombre común carrasca, tiene raíz prerromana «kar – esca».
La historia del propóleo recoge múltiples citas a lo largo de la misma.
Ya en la Edad de Bronce, se usaban en casos de perforaciones de cráneos.
En la Biblia era citado con el nombre de “tzorí”, utilizándose frecuentemente en aplicaciones directas, siendo muy valorado en el comercio de próximo oriente a causa de sus cualidades naturales.
En el antiguo Egipto los sacerdotes lo usaban para embalsamar cadáveres.
Los griegos lo empleaban también por sus excelentes atribuciones (existen citas recurrentes de Aristóteles e Hipócrates al respecto) para diversos usos, entre ellos para confeccionar perfumes muy apreciados. En “Historia Natural”, Plinio mencionó sus inmejorables cualidades y su utilidad en la antigüedad.
La mitología romana cita que Júpiter transformó a la bella Melisa en una abeja para producir una milagrosa sustancia natural, el propolis.
Los incas pronto descubrieron sus atributos naturales y lo usaron entre otros remedios ancestrales, además de la miel, en determinadas situaciones adversas.
Aparece en ancestrales recetas de la antigua China su utilización tradicional por las condiciones excelsas que poseía.
El médico y filósofo persa Avicena (siglo XI), lo utilizaba habitualmente por sus características naturales en episodios bélicos.
Ambroise Paré (siglo XVI), a lo largo de su trayectoria profesional, también fue precursor directo de su utilización.
Artesanos italianos (siglos XVII y XVIII) trataban la madera de algunos instrumentos musicales con aceites de propóleos extraídos directamente de las colmenas (Stradivarius fue un claro ejemplo de ello).
Cafres sudafricanos fabricaban inciensos naturales con propóleo natural extraído por la abeja en sus colmenas.
Durante la guerra anglo-boer (1899-1902) y la Revolución Rusa (1917), se usaron vendas impregnadas en propóleo (propolis) con vaselina («propóleo vasógeno»).
En la Europa del s. XVI y posteriores (rusos y polacos principalmente), también recurrieron a su utilización reiterada, así como durante la Segunda Guerra Mundial.
Posteriormente y hasta nuestros días, se ha estado recuperando por parte de varias empresas multinacionales, el uso de propoleos, jalea real, polen y otras sustancias derivadas de la colmena debido a sus múltiples cualidades consustanciales, como complementos alimentación con gran potencial natural.
ZONA DE RECOLECCIÓN: ESPAÑA (PARAJES DEL ENTORNO DEL RIO LIMIA (GALICIA))
Ubicada en el sudeste de la comunidad gallega, esta área comprende un bello territorio sito en el centro de la provincia orensana, a modo de amplio valle natural que abraza sutilmente al caudaloso rio Limia (llamado por los antiguos romanos «rio del olvido» (Rio Lethes) en su creencia de borrar la memoria de aquellos que lo cruzaban). La cadena montañosa de Bande cubierta en algunas áreas por mágicas zonas de bosque, y en otras por zonas pedregosas con arbustos chaparros, es el vigilante impertérrito en lontananza al noroeste, desahogándose hacia el sur y este a una imponente depresión antelana que cubre la casi totalidad de esta maravillosa provincia.
Destacar así mismo su catalogación como espacio natural protegido gracias a su amplia y rica biodiversidad autóctona (declarada zona Red Natura 2000 y núcleo Reserva de la Biosfera), originada por peculiares tipologías edafobotánicas, labradas a base del azote continuo por parte de un severo clima oceánico muy característico.
RECETAS CON PROPÓLEO TIERRAS DEL LIMIA
DELICIAS CON PROPÓLEO Y MIEL.
Poner a hervir 80 ml agua mineral en una olla, y añadir 150 grs de azúcar integral de caña, 30 grs de miel natural de roble y otros 30 grs de miel natural de eucalipto; remover continuamente dejando a fuego medio. Una vez alcance la masa unos 165 º C, retirar la olla del fuego y dejar enfriar.
Añadimos propóleo puro finamente rallado, una pizca de canela, 15 gotas de aceite esencial de limón y remover de nuevo la mezcla.
En un molde especial para caramelos, añadir un poco de aceite de oliva virgen y verter la mezcla dulce. Introducir en la nevera hasta que solidifique el caramelo.
Una vez lista, retirar del molde y glasear con azúcar al uso para evitar se adhieran entre ellos.
Guardamos en un frasco de vidrio hasta su consumo.