La miel natural de roble posee color ámbar oscuro muy intenso y dulce sabor rotundo, penetrante, malteado, que evoca una fascinante sensación amaderada. Su aroma es intenso y persistente con tiznes malteados, acopiando sensaciones mentoladas ligeramente aromatizadas. Cristaliza escasamente dando lugar a una miel profundamente densa.
La cosechan las abejas durante el final del verano, dando lugar a una singular composición basada fundamentalmente en ricos mielatos, procedentes de secreciones resinosas de roble (Quercus robur) como especie vegetal más representativa, y en menor medida, el polen y néctar de las flores de brezos (Erica sp), castaños (Castanea sativa) y especies de porte bajo.
ORIGEN: España y otras áreas de la Península Ibérica
ESPECIE REPRESENTATIVA: Roble.
COMPOSICIÓN FLORAL MAYORITARIA: Roble, Variedades de Brezo, Castaño y Flora silvestre autóctona variada.
ÉPOCA DE PRODUCCIÓN: Final de verano.
COLOR: Ámbar oscuro muy intenso.
SABOR: Dulce sabor rotundo, penetrante y malteado.
AROMA: Nítidamente intenso y persistente con tiznes malteados.
PECULIARIDADES: Miel cruda, pura, no homogeneizada, no filtrada, sin azúcares añadidos.
CONSERVACIÓN: Mantener en lugar seco, semioscuro y fresco, para mantener intactas de un modo natural todas sus cualidades..
En su proceso natural, la miel cristaliza y endurece en función de diversos parámetros (temperatura, origen floral, etc.).